El mejor regalo de navidad
Mateo 1:18-25
“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su
madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido
del Espíritu Santo José su marido, como era justo, y no quería
infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí
un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de
David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es
engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto
aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del
profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un
hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había
mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a
su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”.
África, 1983-1985. En las noticias se ve a un grupo de niños
corriendo tras un camión, esperando que un hombre lance unos sacos con
trigo. Esta escena es sólo una ilustración de la desesperación de las
personas por el hambre y la escasez de alimentos en Etiopía. Cuando el
camión lanza el trigo, las personas recogen los granos entierrados para
comerlos. Muchos niños pequeños agonizan de hambre.
América, 1979. Un niño en el sur juega con una especie de tambor
llamado “colibrí”, el cual emite una melodía que no comprende muy bien
cómo se produce. En un momento lo deja botado para ir a jugar a otro
lado, y al volver, lo encuentra destrozado.
En África, tenemos la imagen de un regalo que parece caer del cielo,
pero que por un instante muy corto cumple su función nutricia y luego
se olvida. En América, el juguete pronto dejó de ser una novedad para
el niño, y se convirtió en algo sin importancia. Pero ni los niños de
África ni los de América, se detuvieron a pensar en el contenido de
cada grano de trigo ni en el funcionamiento interno del juguete.
Esto nos suele ocurrir a nosotros también. A medida que pasa el
tiempo, nos olvidamos de lo importante que fue algo para nosotros y el
significado que tuvo.
Nosotros cuando recibimos el regalo de Cristo, Su nacimiento, sólo
pensamos en una fecha que nos da la oportunidad de compartir con la
familia, pero no apreciamos el contenido de este hermoso regalo, la
maravilla que implica. José tampoco se detuvo a reflexionar en el
impacto de lo que llevaba María en su vientre.
Isaías 7:14
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
Isaías 9:6
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Muchas veces no nos damos cuenta del sentido de algo que nos parece
tan sencillo. Lo que venía anunciado sólo como el nacimiento de un
niño, comprende un significado mucho mayor. Jesús no era sólo un niño
nacido en un lugar pobre. Él nos vino a adoptar como sus hijos. Este
niño, engendrado de una mujer virgen, vino a salvar al pueblo de sus
pecados. Vino a tomar a un grupo de personas para formar parte de un
linaje muy especial. El nacimiento de Jesús nos trae mucho más de lo
que nosotros creemos. Es un regalo para considerar, que nos maravilla
al comprender su contenido.
¿Cómo recibiremos nosotros esta navidad? ¿Qué significa para nosotros que Cristo haya nacido?
No permitamos que la luz de Cristo pase desapercibida y se apague,
no nos olvidemos del verdadero significado de su nacimiento y de las
maravillosas características del niño nacido.
Rvdo. Alejandro Lara
Apuntes: Claudia Guiñez
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