Navidad: Una Señal del Cielo

El profeta isaías nos cuenta que la Navidad es una señal del sueño porque Dios mismo la estableció.

1. Que prooca asombro, porque una virgen queda embarazada: esto puede ser de 3 maneras, a. teniendo relaciones sexuales b. fertilización in vitro o c. que algo más poderoso de lo que podemos conocer haya realizado esta obra. El evangelio de mateo descarta la primera, la segunda no existía en esos tiempo, siendo así la tercera la que plantea como única posibilidad. Este viene a ser el poder y la acción del Espíritu Santo. Y por ello María entiende que es la favorecida y que será reconocida en todas las generaciones. La señal del cielo provoca asombro porque es sobrenatural y porque tiene propósito para nosotros.

2. Que toma forma humana, porque un hijo nos es dado, el Dios eterno se encarna en medio de una familia sencilla que busca deleitarse en Dios haciendo su voluntad, el evangelio nos cuenta que los padres de Jesús eran buenos ciudadanos ya que iban a su tierra natal para cumplir con el censo; en el trayecto María le dieron los dolores de parto, buscaron lugares apropiados tanto para descansar del largo viaje como para esperar que diera a luz, pero no hubo caso, no había nada, lo único que quedó fue un establo. Jesús nace en un establo mostrando que lo dilatado de su imperio no es por la fuerza sino por su profundo amor a los escogidos de Dios. Nace en un establo, sin ninguna comodidad ni higiene, para mostrarnos que viene a los que le necesitan, a los que huelen mal espiritualmente y que tienen una vida desordenada tal cual como un establo. Jesús toma forma humana para identificarse con nosotros en todas nuestras carencias, necesidades, en todo nos conoce.

3. Que trae reconciliación, y llamarás su nombre Emanuel. El profeta Isaías recibe el mensaje que se cumple plenamente en Cristo, ya que este nació de una virgen, en un establo junto a su familia, y que su nombre será Emanuel. El evangelio de Mateo nos revela precisamente estos detalles más de 700 años después del profeta. ¿Que Dios está con nosotros, significa que él no estaba con nos, hasta antes de Cristo? Dios es soberano, y todas las cosas por él fueron creadas y subsisten desde el principio hasta el fin de todas las cosas. Pero estas palabras de Emanuel se refieren a que Dios no tenía comunión con nosotros, porque estábamos separados de la gloria (presencia) de Dios, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Luego de la Caída de Adán y Eva, la relación se rompió, fuimos expulsados del Paraíso (lugar de presencia de Dios), y pasamos de vida a muerte. Jesús es la señal del cielo para reconciliarnos con Dios, para volver a tener una relación íntima con nuestro Padre. Para que tengamos vida y vida en abundancia. Jesús es la señal del cielo que trae paz, porque él es el Mediador entre Dios y los hombres Jesucristo Hombre.

La navidad es una señal del cielo
Jesús es la señal de Dios para nosotros
Para que nos asombremos por su inmenso poder, y amor por nosotros.
Para que entendamos que él se identifica con nuestra humanidad, y que ha venido para redimirla, restaurarla para la gloria de Dios
Para que disfrutemos de la acción mediadora de Jesús, y asi vivamos en la paz del Señor, restaurando nuestra intimidad con Dios Padre.

Jesús es la señal del Cielo para que tú creas en él, no dejes que pase otra celebración de la Navidad pase sin reconocerle como el Señor y Salvador de tu vida. Amen.

Rvdo. Alejandro Lara

Apuntes: Claudia Guiñez.


 El mejor regalo de navidad

Mateo 1:18-25

    “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”.

    África, 1983-1985. En las noticias se ve a un grupo de niños corriendo tras un camión, esperando que un hombre lance unos sacos con trigo. Esta escena es sólo una ilustración de la desesperación de las personas por el hambre y la escasez de alimentos en Etiopía. Cuando el camión lanza el trigo, las personas recogen los granos entierrados para comerlos. Muchos niños pequeños agonizan de hambre.
    América, 1979. Un niño en el sur juega con una especie de tambor llamado “colibrí”, el cual emite una melodía que no comprende muy bien cómo se produce. En un momento lo deja botado para ir a jugar a otro lado, y al volver, lo encuentra destrozado.

En África, tenemos la imagen de un regalo que parece caer del cielo, pero que por un instante muy corto cumple su función nutricia y luego se olvida. En América, el juguete pronto dejó de ser una novedad para el niño, y se convirtió en algo sin importancia.  Pero ni los niños de África ni los de América, se detuvieron a pensar en el contenido de cada grano de trigo ni en el funcionamiento interno del juguete.
Esto nos suele ocurrir a nosotros también. A medida que pasa el tiempo, nos olvidamos de lo importante que fue algo para nosotros y el significado que tuvo.

Nosotros cuando recibimos el regalo de Cristo, Su nacimiento, sólo pensamos en una fecha que nos da la oportunidad de compartir con la familia, pero no apreciamos el contenido de este hermoso regalo, la maravilla que implica. José tampoco se detuvo a reflexionar en el impacto de lo que llevaba María en su vientre.

Isaías 7:14

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.

Isaías 9:6

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.

Muchas veces no nos damos cuenta del sentido de algo que nos parece tan sencillo. Lo que venía anunciado sólo como el nacimiento de un niño, comprende un significado mucho mayor. Jesús no era sólo un niño nacido en un lugar pobre. Él nos vino a adoptar como sus hijos. Este niño, engendrado de una mujer virgen, vino a salvar al pueblo de sus pecados. Vino a tomar a un grupo de personas para formar parte de un linaje muy especial. El nacimiento de Jesús nos trae mucho más de lo que nosotros creemos. Es un regalo para considerar, que nos maravilla al comprender su contenido.

¿Cómo recibiremos nosotros esta navidad? ¿Qué significa para nosotros que Cristo haya nacido?

No permitamos que la luz de Cristo pase desapercibida y se apague, no nos olvidemos del verdadero significado de su nacimiento y de las maravillosas características del niño nacido.

Rvdo. Alejandro Lara

Apuntes: Claudia Guiñez



 La esperanza que nos mueve

Isaías 35:1-6

    “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos”.

    El tiempo de adviento trata sobre la venida del Señor Jesucristo, y el libro de Isaías es uno de los que más nos habla de ello. El profeta Isaías nos muestra lo que el pueblo esperaba que ocurriera con la llegada del Mesías. El pueblo por su parte, una vez más se encontraba viviendo desdicha e infelicidad. Nosotros muy a menudo solemos perder el verdadero sentido de la felicidad, y nos vemos envueltos en una constante rebeldía y juego con nuestro Dios, en un ir y venir. Actuamos de esta forma porque consideramos que Dios no nos hace caso y no responde a nuestros llamados. Esto no es más que una manifestación de lo que hay en nuestro corazón, una muestra de lo poco que toleramos la espera y cómo rompemos relación con nuestro Padre al no ver una respuesta suya en nuestros tiempos y con nuestros parámetros. Nos desesperamos y molestamos con Él.
Sin embargo, vivimos en una constante espera. Al igual que el pueblo de Israel, esperamos por Cristo, pero algo nos diferencia del pueblo de Israel: nosotros tenemos evidencia de Su venida, estamos esperando su segunda venida y total de nuestro Señor.

    La fe nos da paciencia y la paciencia nos da esperanza. Hoy en día prácticamente no hay atisbos de esperanza en el mundo, pero nosotros los cristianos sí podemos tener esperanza, porque sabemos que no está todo perdido.

    La esperanza nos lleva a:
  1. Buscar la gloria (de Dios):
(Is. 35:1-2). “Ellos verán la gloria de Jehová...”
  1. Vivir en Él:
(Is. 35:3-4). Esperanza de vida y crecimiento en Él, lo cual nos permite vivir alegres, contentos, gozosos. Con una vida fortalecida, porque en Cristo no hay cansancio ni debilidad. No hay desgracia en vivir la vida con Cristo. Además, Dios siempre está con nosotros, si eso no nos alegra ¿entonces qué?
  1. Ver su restauración total:
(Is. 35:5-7). El pueblo de Israel esperaba la llegada del Mesías, la restauración. Con Cristo podemos caminar y vivir, incluso si estamos físicamente postrados.
Lo que Isaías decía, Cristo lo cumplió, y la multitud se maravillaba ¿Qué nos pasa a nosotros ahora? Cristo está aquí ahora, y debiéramos maravillarnos, porque nos quitó la ceguera, nos sanó. Nosotros seguimos enfermos a causa del pecado, pero nuestra esperanza es Cristo que vendrá a restaurarlo todo. Sin embargo, estamos tan afanados en nuestras preocupaciones que no vemos que no hay nada que le pueda dar felicidad y sanidad total a nuestras vidas, sólo Cristo. 

Rvdo: Alejandro Lara

Apuntes: Claudia Guiñez




            El Señor bendice la iglesia de muchas formas una es dándonos años de vida, pero también quiere muchas cosas para la iglesia. La pregunta es si estamos dispuestos a decirle amén a los nuevos retos.
            Después de un naufragio un naufrago logró salvarse después de horas en el mar, luego del accidente un amigo le preguntó si no temblaba durante todo ese tiempo. Él le respondió: “sí, mucho, pero la roca no, y esto me salvó”. A pesar del temor que sentimos ante los nuevos desafíos si estamos en Jesús que es la roca, él no tiembla y si camina con Cristo él lo va a bendecir y va a salir adelante y si no lo hace va a vivir en base a las circunstancias de la vida.
Josué 1:1-6
            Josué es un libro desafiante es la culminación de Deuteronomio, en él ocurrió algo traumatizador. Moisés el tremendo líder que tenía el Pueblo de Dios falleció, y el Pueblo estaba a punto de entrar a la Tierra desconocida. Imaginemos que Maranata va a cruzar el Jordán, hay que hacerlo pues Dios prometió que llegaría a la Tierra prometida, y justo antes de llegar, el Pastor fallece. El Pueblo sabía a ciencia cierta a dónde iban, ya había sido enviado Josué y Caleb a investigar la Tierra, sabían que era una Tierra de donde fluía leche y miel, sin embargo, no sabían quién sería el sucesor de Moisés y el Pueblo avanzaba porque sabía que Dios estaba con Moisés, lo interesante es que Dios ya había pensado en Josué y el tiempo en el desierto fue también una especie de capacitación para Josué.
            Hay 3 cosas que marcan el Pueblo de Israel y que pueden también marcar a Maranata.
Josué 1: 2-4  “2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.  4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.”
v No hubo ninguna votación por parte del pueblo, para escoger a Josué.
v Josué no duda en que ese llamado era para él. Jehová le dice pasa este Jordán, Josué tenía que dirigir un pueblo de miles, que en muchas ocasiones había tenido problemas, muchos habían apostatado, mientras iban por el desierto, extrañaban su vida en Egipto, renegaban de su Dios, etc.
v Una vez que cruzaran el Jordán, no terminaba en la orilla pues para llegar a la Tierra prometida, tenían que llegar a conquistar esas tierras, pues se hallaban rodeadas de otras ciudades.
            Maranata puede cruzar a una Tierra distante y no es de extrañar que en nuestras vidas pasemos por tiempos difíciles. Lo importante es que Dios nos prepara a cada uno y nos muestra el camino a seguir. Tendrán desafíos, pensemos en los 7 años que ya han cumplido. Y no sólo está Dios, Cristo también está con nosotros. El Señor bendecirá nuestra iglesia, pero no depende de nosotros, sino de cómo nos afirmamos a Dios.
            Un aniversario es también una oportunidad para ver con los ojos de Cristo la voluntad para nosotros, un antes y un después. Además de haber habido circunstancias, también había un desafío, cuando deseamos algo, viene pero no por arte de magia. Las circunstancias de la vida, Dios trabaja en ellas para madurarnos. Josué tuvo un desafío, pero también tuvo un gran conflicto, pues la Tierra prometida estaba rodeada y no desocupada.
Una vez alguien dijo si una iglesia no predica y no evangeliza no es una iglesia, es un club social.
            Si estamos aquí estamos para sudar, para trabajar por Cristo. ¿Cuantos tenemos conflictos, familiares, laborales, etc? Los conflictos con la vida común del mundo de la carne, etc... Sería fácil desechar lo que Dios nos pide por eso, pero todos tenemos conflictos y debilidades y en Cristo somos más que vencedores, en él tenemos que trabajar para evangelizar.
Josué 1:5 “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.”
            Considerar esta promesa para nosotros, para Maranata. Así que sean valientes, esfuércense que yo estoy con ustedes siempre y por siempre. Qué consuelo debe haber sentido Josué al pensar que los gigantes que había en la Tierra, se harían pequeños al estar con Jehová. Josué sabía que Jehová estaba con él. Si usted Cree que Jehová está con usted. Amén! Si no, busque a Dios, sólo en él puede tener fe. 
Josué 1:6 “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.”        
Maranata, 7 años ¡qué bien! Pero esfuércense y sean valientes porque Jehová los levantará.
Josué no era tan joven, al contrario, pero el pueblo tenía la convicción de que Jehová estaba con el líder. Con él somos insensibles a las diferencias, a la mofa, y somos invencibles en Cristo.
            Que Dios los ayude a tener esa convicción, no sabemos quienes serán, o quienes vendrán, pero Cristo lo sabe y si estamos pendientes y con Cristo él nos dirigirá por muchos años más.

Pbro: Christian Núñez

Apuntes: Rayen Gajardo

Una promesa necesaria
 
Nehemías 10: Obediencia, Unidad y Consagración

      ¿Cuánto de nuestras vidas la hemos vivido prometiéndole cosas al Señor? El problema no está en prometer, sino en que olvidamos rápidamente nuestras promesas. Las tenemos a flor de labios, pero pocas veces las cumplimos. A continuación, tres puntos importantes que debemos recordar cuando nos comprometemos con el Señor.

1. La obediencia

a)    Cumplir lo prometido (Neh. 9:38).
En el libro de Nehemías vemos a un pueblo que recuerda su pasado y todo lo que el Señor hizo por ellos y cómo su presencia se hizo visible para ellos, siempre acompañándolos.
Dios los proveyó en todo, pero su respuesta no fue buena y su desobediencia incluso los llevó al exilio, teniendo que trascurrir un período de aproximadamente 100 años para que pudieran volver. Hoy en día debemos cumplir lo que prometemos, pero para ellos debemos firmar un papel, ya que a las palabras se las lleva el viento. Este pueblo nos da su ejemplo.

b)    Decisión de cumplir.
Esta debe ser una decisión intrínsecamente personal. Debemos tomar una decisión, cada uno en lo individual, de cumplir lo prometido. El pueblo de Nehemías, por ejemplo, se comprometió a cosas que no son fáciles, involucrando incluso a sus familias (Neh. 10:26-30), pero racionalmente y con entendimiento.

c)     Obedecer a Dios antes que a los hombres.
Este es un imperativo de nuestro Señor, puesto que El es el único justo y sabio, que sabe lo que es mejor para nosotros. No comparte con nosotros la corrupción que nos lleva a tomar malas decisiones que no lo glorifican.


2. La unidad

La unidad es necesaria para el cumplimiento de una promesa. En el libro de Nehemías aprendemos que el pueblo se une con el propósito de fortalecerse en el compromiso que habían adquirido. Cuando hay unidad, todo se puede realizar, de otra forma las cosas se complican. Tiene que ver con compartir un objetivo y luchar juntos por él, yendo todos en una misma dirección para no obstruir el trabajo de los otros.

En este sentido, la unidad es necesaria para:

a) Fortalecer
b) Adquirir un compromiso
c) Alcanzar objetivos

El pueblo se comprometió con grandes objetivos y salió adelante en la unidad, para fortalecerse contra el enemigo.

3. La consagración

Consiste en apartarse del mundo para reservarse para el Señor, ponernos en sus manos. Sin embargo, esta consagración, debe tener tres elementos fundamentales:

a)    Entendimiento. 
Es importante que entendamos el compromiso que hacemos, y no hacer promesas sólo por la emoción del momento.

b)    Establecer prioridades.
Nuestra prioridad como hijos de Dios, es Él mismo, Él puesto en primer lugar, el trabajo para su obra y su gloria, y todo lo demás se ordena automáticamente hacia abajo.

c)     Examinar nuestra vida.
La obra del Señor requiere algo de cada uno de nosotros. El pueblo de Nehemías se examinó, en primer lugar recordando su pasado, las bendiciones de Dios, sus faltas y el castigo por ellas. De esta forma pudieron empezar a crecer, y así mismo debemos hacerlo nosotros, con fundamentos bíblicos, porque de otra forma vamos de la mano con el mundo.

Que el Señor nos ayude a comprometernos.

Pbro. Ana M. Rojas


Apuntes: Claudia Guiñez

Una confesión necesaria
 
Nehemías 9.

            La desobediencia es una característica típica de nosotros. No somos fieles a Dios y si no nos toma de la mano difícilmente lo vamos a seguir.

En Nehemías 9:3 Leyeron la Ley de Jehová y confesaron.

            Una vez en la Universidad de Kansas, un grupo de personas oraron e hicieron vigilias para quebrantar los corazones de estudiantes (de Filosofía, Historia, etc…). La vigilia estuvo dispuesta para que durar una noche, y finalmente tuvo una duración de 7 días. Sucedido esto, los resultados fueron notorios y se manifestaron en un quebrantamiento sincero de numerosos estudiantes.

Revisar: 2 Crónicas 7:14

            Es muy común ver a los niños cuando son chiquititos que cuando quieren cruzar la calle, tiran y tiran y aún cuando son pequeños uno siente el tirón. Nosotros hacemos lo mismo, y Dios nos sujeta firme como un Padre.
            De esta forma, muchas veces pensamos que cuando Dios nos pone en orden vamos a tener paz inmediatamente, pero Dios nos confronta con lo que quiere ordenar en nuestras vidas “Antes de la caída viene la altivez”.

Revisar: Nehemías 9:5
            Los Humanos creemos que Dios puede perdonar nuestros pecados, pero muchas veces olvidamos lo que puede hacer con nosotros a futuro. No es agradable ver cómo estaba nuestra vida, tendemos a creer que “de la muerte hay seguridad y no de la salvación. Lo que es mentira. Jesucristo dice: Misericordia quiero, porque Él es misericordia.
La traducción de misericordia alude a “darse cuenta del dolor y descargarlo de esto”. El Señor es Dios, no un psicólogo, él puede con este peso.

            A menudo nos cuesta ver los tesoros que Dios pone en nuestros corazones. Lo primero que tenemos que hacer al acercarnos es reconocer y dejarnos moldear como la greda.
Cuando nos equivocamos sabemos que Dios sabe que nos equivocamos, como un niño al hacer alguna maldad, sabe lo que ha hecho y se esconde.

            Dios reconstruirá a su pueblo a través de quienes creen en él. A través de la desobediencia vienen las condolencias. Dios muestra tan sutilmente cómo nos acompaña. Como cuando pasaron por el desierto y sus zapatos ni su ropa no se gastaron. Y aún así de todo lo que Dios nos da en un segundo pasamos a hacer abominaciones. No sé qué piensan ustedes, pero creo que es mejor que el Espíritu Santo con su misericordia  nos convenza o que al pecar nos exhorte un cristiano, antes que lo haga un no creyente, porque esa sensación es aún más dolorosa.
            Es cansador confesarse, pero al hacerlo uno reconoce cómo es Él, pues desde que Cristo nos compró con su sangre, somos templos del Espíritu Santo. Es mejor confesar a Dios en qué estamos complicados antes que venga el quebrantamiento. Somos ciudadanos de otro lugar y en este mundo tendremos aflicciones, Dios no miente, y en estas aflicciones Él nos ayuda.
            No sacamos nada con tener una ciudad nueva si quienes habitamos no somos dignos de ella. Y así como el pueblo confesó sus pecados, necesitamos confesar los pecados que aún faltan por confesar, tal como en Nehemías confesaron todos sus pecados, incluso aquellos pecados que cometieron sus padres y antepasados.

Pbro. Juan Carlos Lorca


Apuntes: Rayen Gajardo

La palabra de Dios, toda una experiencia.
 
Nehemías 8: Escuchando la Palabra, entendiéndola y emocionándonos con ella


      A lo largo del libro de Nehemías, hemos aprendido a dejar todo lo que nos ocurre en manos de Dios, escuchando en todo momento lo que le dice a nuestro corazón.

            Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. (Neh. 7:5).

            En el capítulo 7 del libro de Nehemías, vemos como este líder designa dirigentes, puesto que luego de terminada una primera etapa, reconoce que necesita ayuda y que no puede continuar solo. Por lo tanto, luego de terminado el muro, comienza a reunir gente para designarles distintas tareas.

            Es una tendencia en los líderes querer hacer todo y preocuparse por todo, sin descansar en otros que puedan ayudarlos. Muchas veces no son capaces de delegar funciones y sin quererlo les restan a otros la oportunidad de participar. Sin embargo, Nehemías como líder, nos da el ejemplo contrario. Llama a oficiales y jefes de familia para hacerse cargo de la siguiente etapa. Con esto les da a entender que todos sirven para la obra.

            La siguiente etapa era para la re-construcción de la identidad del pueblo. Pero para lograr identificarnos con algo, por ejemplo, con nuestra Iglesia, necesitamos del amor de Dios.
Terminada la construcción del muro, se designaron algunos líderes, y el Señor tocó el corazón de esas personas, para que se desprendieran aún más de sí mismos, no sólo en lo financiero, sino también en cuanto a su disposición.

            Es así como el pueblo de Israel se junta, como un cuerpo, como la Iglesia, tocados por el amor de Dios y sin seguir la tendencia humana de apartarse unos de otros, para escuchar la Palabra de Dios. (Neh. 8:1).

1. La Palabra de Dios: Toda una experiencia para ser escuchada atentamente.

            El pueblo unido llamó a Esdras para escuchar de Dios, reconociendo que todo lo que estaban viviendo era por Su bendición. Esdras trajo la ley de Moisés, tanto a hombres como a mujeres, que se juntaron a oír la Palabra. Se reunió en la plaza a todos los que podían entender y Esdras abrió el libro delante del pueblo, y el pueblo escuchaba atento y asombrado, porque no tenían la escritura y no la conocían, e inclinados en tierra, adoraron al Señor.

2. La Palabra de Dios: Toda una experiencia para ser entendida correctamente.

            Nehemías colocó estratégicamente y en lugares específicos a algunos levitas, para a explicar al pueblo lo que estaba escuchando. (Neh. 8:7). Esto nos recuerda que necesitamos a personas que nos ayuden a darle el sentido adecuando a nuestra lectura de la Palabra (Neh. 8:9), para así evitar malos entendidos e interpretaciones erradas.

3. La Palabra de Dios: Toda una experiencia para emocionarse de verdad.

            La Palabra de Dios mueve nuestras emociones, es una experiencia emocionante (Neh. 8:9). Sin embargo, actualmente ya no lloramos por la muerte de nuestro Señor Jesucristo, ni nos emocionamos por lo mucho que hizo y sigue haciendo por nosotros. Aprendamos del pueblo que se emocionó al darse cuenta de lo pecadores que eran y se les constriñó el corazón. Estemos contentos y alegres porque tenemos la Palabra de Dios, que nos alimenta constantemente, provocándonos gozo y alegría, porque el Señor es nuestra fuerza. Y aprendamos de los levitas que en el texto de Nehemías nos enseñan a gozarnos del Señor y a volver a las buenas prácticas compartiendo este gozo con otros. (Neh. 8:10-11).

Rev. Alejandro Lara Núñez

Apuntes: Claudia Guiñez

¿Cuando llega la oposición qué hacemos? 

Nehemías 4 y 6: Actitud para no decaer frente a los obstáculos del enemigo

            Construir es difícil, pero re-construir lo es aún más, porque hay escombros, desolación y tristeza. Da la sensación de que no hay nada que hacer y aparece el desánimo. Nehemías logró movilizar a su pueblo, los dirigió sin restar a ninguno. Pero cuando logró que el pueblo dijera ¡manos a la obra! y empezaran a re-construir, apareció el enemigo, para impedir con todas sus armas que se pudiera iniciar la obra.
            Llegó la oposición de manos de los samaritanos, amonitas y árabes, que atacaron al pueblo con burla y escarnio, ira y desprecio, con intenciones de hacerlo sentir incapaz (Neh. 4: 1-3). Pero Sanbalat, Tobías y Gesem no eran los verdaderos enemigos de Nehemías y su pueblo, era Satanás. Él es el rey de la burla y el escarnio, y una de sus mejores armas es avergonzar y menospreciar a los hijos de Dios (Neh. 4: 1-3), y para esto le sobra mano de obra, puesto que donde quiera que vayamos, siempre encontraremos enemigos.
            Nehemías reaccionó confiando en la prosperidad del Señor. El enemigo no logró desanimarlo en este primer intento. Pero esta vez, Nehemías no sólo oró al Señor, sino que también reaccionó. También puso vigilantes, y nunca dejó de construir el muro para prepararse para una batalla, cosa que hubiese esperado el enemigo, que detuviera la obra. Esto nos enseña que tenemos que estar siempre vigilantes, atentos a lo que nos puede suceder, puesto que cada vez que emprendamos un proyecto para la gloria de Dios, aparecerá el enemigo con sus armas.
            El enemigo empieza sutilmente, pero cuando esto no funciona, utiliza la fuerza. Los enemigos de Nehemías se encolerizaron cuando vieron que los muros se levantaban, e hicieron una conspiración para atacar a Nehemías (Neh. 4: 7-8). De esta forma vemos cómo Satanás en su oposición va cerrando poco a poco el círculo, hasta querer atentar contra la propia vida.
            Satanás comenzó a atacar a Nehemías desde adentro, con desánimo al interior del mismo pueblo, dejándolos sin saber qué hacer, y haciéndolos sentir cansados. Además, Nehemías también tuvo que luchar contra el egoísmo y la codicia que trataban de aportillar la obra de la re-construcción. En esta difícil situación que debió enfrentar Nehemías, vemos la astucia del enemigo, quien despliega la oposición por dentro y por fuera. Más de diez veces vinieron los judíos a Nehemías, sembrando el desánimo, pero una vez más, Nehemías puso esta situación delante del Señor, dando muestras de un valor constante, quien aún con toda esa oposición, junto al pueblo pudo re-construir la muralla y el templo en 52 días.
            Nosotros también debemos ser valientes y no caer en desánimo ante los obstáculos que nos pone el enemigo. Debemos pedir siempre la dirección de Dios, y tal como Nehemías, ante toda oposición para la obra del Señor, debemos presentarla delante de Él en oración y no detenernos. Oración y trabajo, ambas en conjunto y un valor constante, esta es la actitud que debemos adoptar cuando llega el enemigo.

Pbro. Ana M. Rojas

Apuntes: Claudia Guiñez.

3: ¡Manos a la obra! Pasos para re-construir nuestra historia

Nehemías 3

         Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien”. (Neh. 2:18)… 3.1 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel… 3.31 Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. 3.32 Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.”

            El Señor nos permite levantarnos para re-construir nuestra historia personal y también la de Maranata, y además nos enseña cómo hacerlo, siguiendo 3 pasos:

1) Tener disposición para re-construir. (2.18)
            La disposición para re-construir no es humana, la coloca Dios en el corazón de los hombres. Y así como el pueblo de Israel se encontraba postrado en la tristeza sin que un ser humano los pudiera levantar, el único que puede levantarnos y re-construir los muros de nuestra vida es Cristo. Es Él quien re-construyó los muros de Israel ¡Entonces levantémonos! El pueblo de Dios puede hacerlo a través de Cristo. Todos tenemos que levantarnos de nuestras caídas de la vida diaria. Somos piedras vivas, por lo tanto, debemos ser capaces de re-construirnos, puesto que Dios está con nosotros y nos ha dado los dones necesarios para hacerlo. Pero debemos dejar de estar ensimismados y edificar todos juntos.

2) Ser capaces de trabajar todos y con todos. (3. 31)
            Los que primero deben levantarse, y levantar al resto, son los encargados de la vida espiritual del pueblo: los sacerdotes, tal como nos enseña el libro de Nehemías (Neh. 3:1). En nuestro caso, esta labor la deben cumplir los oficiales de nuestra Iglesia, quienes son los encargados de edificar y levantar la Iglesia.
            Hubo mucha gente involucrada en la re-construcción del Israel. Todos ellos participando como mano de obra, dejando de lado sus propios oficios, y motivados por un mismo objetivo: Re-construir su identidad y su historia. De esta forma, la Palabra nos dice que TODOS somos parte de la re-construcción del muro. Todos y cada uno de nosotros tenemos un lugar en la re-construcción. Todos deben ser amados y considerados.

3) Re-construir a la manera de Dios. (3.32)
            El texto nos habla de la construcción de muchas puertas, cada una con una función, las cuales se fueron construyendo por etapas en las que todos participaban, y esta tarea no les llevó más de dos meses.
            Debemos comprender que la re-construcción es en el tiempo y a la manera de Dios, y no a partir de nuestros parámetros, como muchas veces pensamos. Todos juntos, en las etapas, el tiempo y a la manera que Dios quiere, por su soberana voluntad. Así es como debemos estar dispuestos a trabajar.    

Rev. Alejandro Lara Núñez

 Apuntes: Claudia Guiñez

Cuando la realidad supera la ficción
 
Nehemías 2

Hay realidades que superan nuestro entendimiento. Las catástrofes naturales son un ejemplo de ello. Hay catástrofes naturales en las que vemos la potencia de Dios y la incapacidad del ser humano para hacerles frente. Por más que el ser humano se esfuerce por controlar la naturaleza, a la manera que sólo Dios puede hacerlo, siempre fracasa. Un ejemplo de este infructuoso intento es el de los japoneses, que construyendo grandes murallas, intentaron detener un posible tsunami. Dios envió olas tan fuertes y grandes, que los cimientos más profundos de dicha muralla cedieron, y el mar arrasó con todo a su paso. Una vez más, el orgullo humano fue pisoteado.
        Nehemías representa lo contrario a esta actitud orgullosa de los japoneses. Nehemías se entristece al ver su ciudad destruida y esto es notado por el rey, quien nunca antes lo había visto triste, y al interpelarlo el rey, Nehemías manifiesta su dolor y temiendo la respuesta del rey, ora a Dios, en un acto de humildad que lo reconoce como el único capaz de ayudarlo, puesto que sabía que por sus propias fuerzas no podría sacar a su pueblo adelante. (Neh. 2: 1-5).

El rey escucha atento a las peticiones de Nehemías y le otorga a éste el permiso y lo que necesita para viajar, Nehemías reconoce todos estos beneficios como parte de la buena voluntad de Dios con él, nuevamente en un acto de humildad, declarando con su actitud que Dios está por sobre el rey, puesto que es Él quien realmente le abre las puertas. (Neh. 2: 6-8).
            Por otra parte, Nehemías demuestra un compromiso absoluto por el llamado de Dios, puesto que se levantó de su tristeza por amor a su pueblo y gracias a la ayuda divina que recibió, animando a todos quienes formaban parte de la obra. (Neh. 2: 9-17).

            Nehemías anima a su pueblo y reconoce ante ellos que Dios está permanentemente con él. Aquí vemos cómo un corazón dispuesto es mirado por Dios y usado por Él.
Debemos servir a Dios donde Él nos mande. Dejar la soberbia y nuestros temores de lado, siguiendo el ejemplo de Nehemías. Animémonos y tengamos valor. Dios nos quiere viviendo de rodillas, en actitud de humildad, y Él siempre nos prosperará. (Neh. 2: 18-20).

Pbro. Juan Carlos Lorca

Apuntes: Claudia Guiñez

Noticias que conmueven y su forma de enfrentarlas


 Nehemías 1

      Hay noticias que nos perturban y nos hacen decaer. Noticias que sacuden nuestro mundo y nos provocan el deseo de replegarnos en nosotros mismos, en nuestro dolor.
      También podemos recibir este tipo de noticias dentro de nuestra congregación y ver amenazadas la motivación y unión fraterna de sus miembros si no sabemos de qué manera afrontarlas.
      En el libro de Nehemías, específicamente en el capítulo 1, vemos a un gran lider que se entera de las penas que su pueblo está sufriendo a causa del pecado. Por su pecado, Jerusalén y sus habitantes habían caído en la cautividad babilónica. La ciudad fue en gran parte destruida, y los habitantes que quedaron de la cautividad, se encontraban en muy malas condiciones. Nehemías al enterarse de todo esto, sufre por su pueblo: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. (Neh. 1:4).
      Dios nos enseña a través de Nehemías a recibir este tipo de noticias que nos estremecen. Nehemías se detuvo, no continuó con su vida sin reflexionar antes. Se sentó y lloró. Se tomó el tiempo necesario para sufrir, pero también para oír todo lo que implicaba dicha noticia, el mensaje de Dios contenida en ella.

¿Cómo debemos nosotros recibir una noticia que nos conmueve?

            En primer lugar debemos saber oír, sentarnos y llorar. Es decir, cambiar nuestra actitud. Dejar por un momento lo que sea que estemos haciendo y recibir la noticia y su mensaje con todo nuestro ser. Por otra parte, Nehemías hizo duelo, sufrió por las pérdidas vividas por su pueblo. También ayunó y oró. Se consagró y se entregó a Dios Padre con súplica, humillado ante Él, ayunando para estar en mayor comunión con Él. Y el modelo de oración que debemos seguir, según lo que se desprende del texto de Nehemías es mediante alabanzas y confesión de pecados, es decir, reconociendo a Dios como soberano, todopoderoso, fiel, misericordioso y oidor; y al hombre como corrupto, desobediente y poco comprometido (Neh. 1:5-7). Pero finaliza su oración recordando todas las promesas divinas que siempre redundan para bien. Esto último nos enseña especialmente a orar y clamar con fe en el gran amor, misericordia y justicia con la que Dios obra en nuestras vidas, reconociendo en toda noticia y acontecer de nuestras vidas, por triste o catastrófica que nos parezca en un principio, como un evento que no escapa de la total soberanía de Dios, y que lleva consigo un mensaje y una enseñanza para nuestras vidas, y el consuelo en su eterna promesa, de recogernos y levantarnos, por muye dispersos que nos encontremos, porque somos su pueblo amado (Neh. 1:8-9).


Toda noticia que conmueve nuestra alma, tiene un propósito, glorificar a Dios

Rev. Alejandro Lara Núñez

Apuntes: Claudia Guiñez.